soñarte es cohecho,
otra vez pagan tus pechos.
de nuevo las erecciones rabiosas
la fiebre, las caricias, los celos
morir de despecho.
miro tu foto y veo sueños mojados.
porque nunca te tuve,
pero siempre te estuve esperando
maquillado con labial de cóncavo
esperando tu rimel convexo,
en las vísperas de cualquier enredado
contrato draconiano por sexo.
dejaré de tocarte
sin tocarte.
sin usar las manos frías
del fumador consagrado,
enfermo, mutilado...
el comopolita impostado
no besará tus mejillas
mientras enfría tus pechos.
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